La gente que es feliz,
raramente se dedica a ver faltas en los demás. La gente profundamente infeliz
vive criticando e incluso dañando aquello que anhela y no puede ser. Cuando cambiamos la forma de ver el mundo, el mundo
cambia.
Lo irónico es que cuanto más amor y buenos sentimientos tenemos, más nos vuelve
de regreso. Es por ley universal. Una vez que la mente se purifica, el mundo se
ve como realmente es.
No hay comentarios:
Publicar un comentario